Dead Cells es un roguelike Metroidvania lleno de acción que ha cautivado a los jugadores con su combate fluido, su mundo dinámico y su jugabilidad en constante evolución. Desarrollado por Motion Twin, este título se ha convertido en un referente del panorama indie, combinando un combate vertiginoso con un diseño de niveles intrincado y generación procedural. Los jugadores asumen el papel de un cadáver reanimado que explora una isla maldita, enfrentándose a mazmorras generadas aleatoriamente llenas de enemigos desafiantes y trampas mortales.
Desde su lanzamiento en acceso anticipado en 2017 y su versión completa en 2018, Dead Cells ha seguido recibiendo actualizaciones y expansiones, manteniendo la experiencia fresca tanto para los nuevos jugadores como para los veteranos. Con un arsenal variado de armas, enemigos diversos y un mundo en constante cambio, el juego ofrece un desafío adictivo que recompensa la habilidad y la adaptabilidad. Pero ¿qué hace que Dead Cells destaque en un género tan saturado? Vamos a analizar en profundidad su mecánica, estilo artístico, nivel de dificultad y su impacto general.
Dead Cells combina la exploración típica de los Metroidvania con la mecánica de muerte permanente de los roguelike. El mundo se genera de manera procedural, lo que significa que cada partida es diferente, con nuevas ubicaciones de enemigos, objetos y caminos. Su sistema de combate es fluido y altamente responsivo, premiando los reflejos rápidos y la precisión. Los jugadores pueden elegir entre un amplio arsenal de armas, desde espadas y arcos hasta poderosos hechizos y trampas, cada uno ofreciendo estilos de juego únicos.
El progreso en Dead Cells está definido por su sistema de riesgo y recompensa. Aunque la muerte es permanente, los jugadores conservan las Células recogidas, que pueden usarse para desbloquear mejoras permanentes y nuevas armas. Estas mejoras añaden profundidad a la jugabilidad, permitiendo experimentar con distintas estrategias. Además, las mecánicas de movimiento, como las volteretas, el doble salto y la escalada por las paredes, crean una experiencia de combate emocionante donde la estrategia y la habilidad son clave para el éxito.
Uno de los aspectos más interesantes de Dead Cells es su sistema de «rutas alternativas», que permite a los jugadores elegir diferentes caminos a lo largo del mundo del juego. Algunas rutas son más difíciles pero ofrecen mayores recompensas, mientras que otras proporcionan una experiencia más accesible. Este sistema garantiza que ninguna partida se sienta igual, aumentando la rejugabilidad del juego.
Dead Cells destaca por su impresionante estética en pixel-art, que da vida a su mundo de fantasía oscura. Los entornos del juego están meticulosamente detallados, desde los pasillos en ruinas de los Cuarteles del Prisionero hasta las profundidades inquietantes del Sepulcro Olvidado. Cada zona tiene una paleta de colores distinta y enemigos únicos, asegurando que la exploración sea siempre atractiva visualmente.
El trabajo de animación es igualmente impresionante, con movimientos fluidos que hacen que el combate se sienta satisfactorio e impactante. Los ataques enemigos, los golpes de las armas y las volteretas evasivas tienen animaciones bien definidas, lo que contribuye a la legibilidad del juego, un aspecto crucial en un título que exige reflejos rápidos.
Complementando el apartado visual está la banda sonora atmosférica compuesta por Yoann Laulan. La música combina melodías inquietantes con temas de batalla intensos, ajustándose perfectamente al tono del juego. El diseño de sonido, desde el impacto de un golpe certero hasta los sonidos ambientales de la isla, sumerge aún más a los jugadores en su universo.
Dead Cells es conocido por su dificultad desafiante, aunque nunca resulta injusto. El juego opera bajo un sistema en el que la muerte es una oportunidad de aprendizaje más que un castigo. Cada partida ofrece información valiosa sobre los patrones de los enemigos, las sinergias entre armas y las rutas más eficientes a través de los niveles.
Con cada derrota, los jugadores vuelven al área inicial, pero con la posibilidad de desbloquear nuevas armas, habilidades y mutaciones que pueden cambiar por completo su estrategia. Este ciclo constante de muerte, aprendizaje y mejora es lo que mantiene a los jugadores enganchados, haciendo que cada victoria se sienta bien merecida.
Además, el juego ofrece varios niveles de dificultad a través del sistema de «Células de Jefe», que se desbloquean al derrotar al jefe final. Estas células añaden nuevos tipos de enemigos, aumentan el nivel de desafío e incluso modifican el comportamiento de los enemigos, asegurando que hasta los jugadores más experimentados siempre tengan un nuevo reto por delante.
A diferencia de los juegos con una narrativa tradicional, Dead Cells cuenta su historia a través de la ambientación y fragmentos de lore ocultos. Los jugadores deben descubrir los secretos de la isla explorando habitaciones ocultas, leyendo mensajes dejados por antiguos habitantes y analizando la arquitectura retorcida del mundo.
El protagonista es una criatura sin cabeza conocida como «El Prisionero», que resucita tras cada muerte. El mundo está gobernado por un enigmático Rey, cuyas acciones han llevado a la isla a su estado actual, plagada de monstruos y corrupción. A lo largo del juego, los jugadores encuentran restos del pasado que insinúan experimentos siniestros y una sociedad que ha caído en la desesperación.
Aunque el juego no impone su historia al jugador, aquellos que se tomen el tiempo de explorar y analizar su mundo encontrarán un trasfondo fascinante. Este enfoque narrativo sutil fomenta múltiples partidas y recompensa a los jugadores atentos con detalles intrigantes sobre la trágica historia de la isla.
Desde su lanzamiento, Dead Cells ha sido portado a múltiples plataformas, permitiendo a los jugadores disfrutarlo en su sistema preferido. Está disponible en PC, PlayStation, Xbox y Nintendo Switch, con cada versión optimizada para su respectivo hardware. La versión de Switch, en particular, ha sido elogiada por su portabilidad y rendimiento fluido, convirtiéndola en una excelente opción para jugar en cualquier lugar.
Además de sus versiones en consolas y PC, Dead Cells también ha llegado a dispositivos móviles, incluyendo iOS y Android. Estas versiones ofrecen controles táctiles y compatibilidad con mandos, asegurando una experiencia similar a la de las consolas. El juego también está disponible en servicios de juegos en la nube, ampliando aún más su accesibilidad.
Motion Twin ha continuado actualizando Dead Cells con expansiones gratuitas y de pago, añadiendo nuevos biomas, enemigos y armas. Expansiones como «Rise of the Giant», «The Bad Seed» y «Fatal Falls» han proporcionado aún más contenido, manteniendo el juego fresco años después de su lanzamiento.
Dead Cells ha sido aclamado por la crítica, destacando sus mecánicas pulidas, su sistema de progresión gratificante y su presentación impecable. Los analistas han elogiado la combinación de elementos roguelike y Metroidvania como un equilibrio perfecto entre desafío y satisfacción. Medios especializados han otorgado puntuaciones altas, considerándolo uno de los mejores juegos indie de la década.
La comunidad de jugadores también ha abrazado el juego, con una base de jugadores que sigue creciendo con el tiempo. En particular, los speedrunners han encontrado en Dead Cells un juego ideal por su velocidad y posibilidades de optimización en las rutas. Al mismo tiempo, los jugadores casuales disfrutan de la variedad de estilos de juego y la enorme cantidad de contenido disponible.
A pesar de su dificultad, Dead Cells sigue siendo accesible gracias a su sistema de progresión y jugabilidad gratificante. Ya sea jugando de manera relajada o buscando desafíos más difíciles, el juego ofrece algo para todos, consolidando su lugar como un clásico moderno del panorama indie.